Naturaleza

Buscando entre mis bosques
Apartando sus ramas
Acampando a las orillas de mis ríos
Bebiendo mis aguas
Apretando el paso en la madrugada
Escalando mis rocas, asiéndote a cada grieta
Subiendo, bajando
Encontrando mí cúspide llena de lumbre,
Donde tu sexo hambriento se alimentará de mi fuego.

Click para ampliar Descubriendo el verdor escondido entre mi maleza
Velando mis árboles, probando mis frutos,
Pisando mi jardín sombrío,
Mirando entre sus espinas,
Mi corteza marchita y seca
Que sufre la ausencia de tu rocío
Saliendo al camino y buscando el atajo que te llevara de nuevo a la cima de mi soledad,
Donde tu cuerpo se alimentará de mi humedad.

Se buscan hombres

Click para ampliarSE BUSCAN HOMBRES MUY HOMBRES

Porque ser Hombre no es nada más ser varón, simple individuo de sexo masculino.

Ser Hombre es ser persona, es decir: alguien distinto y diferente a los demás.

Ser Hombre es ser creador de algo, un hogar, un negocio, un puesto, un sistema, una vida.

Ser Hombre es hacer las cosas, no buscar razones para demostrar que no se pueden hacer.

Ser Hombre es levantarse cada vez que se fracasa, en vez de explicar por que se fracasó.

Ser Hombre es entender el trabajo no como maldición, sino como privilegio.

Un Hombre, es un ser digno, consciente y responsable de sus actos.

Ser Hombre es tener vergüenza, sentir vergüenza de burlarse de la mujer, de abusar del débil, de mentir al ingenuo; este tiene otro nombre, bien despreciable por cierto.

Ser Hombre es saber decir “me equivoqué”, y proponerse no repetir la misma equivocación.

Ser Hombre es saber lo que se tiene que hacer, y hacerlo; saber lo que se ha de decir, y decirlo.

Ser Hombre es comprender que la vida no es algo que se nos da ya hecho, sino que es la oportunidad de hacer algo bien hecho.

El Hombre se mide, por su obediencia a Dios, por su valor y sacrificio para formar y dirigir una familia y no el que piensa que es muy hombre o macho porque tiene muchas mujeres, toma mucha cerveza o que no da cuentas a nadie.

Hombres muy Hombres los necesita el mundo, los reclama México y los exige Dios.

¿Tú no?