para construir una vida
según la imagen de mi corazón.
Un corazón de muchacho es como el inicio de una canción,
el plano del castillo que regalaron a la gente amable para su santo,
pero el corazón de hombre son manos y callos,
los cuales entran con dolor por su sangre en los ladrillos,
para construir aquí por lo menos una cervecería al lado de la
carretera
para los peregrinos agotados de caminar y para las peregrinas.
Hoy es mi difícil hora.
El corazón de muchacho se me murió y sin ayuda lo saco en el féretro
y por el muerto sufriendo sufro también
por él que en mi pecho empieza a nacer.
Hoy es mi difícil hora;
un corazón ya lo enterré y el otro aún no lo tengo,
debilitado de ansiedad y debilitado de soledad,
en vano lucho contra los gélidos muros de mi cuarto mordaz.
Carta de la amada, lámpara, libro del amigo
cosas nacidas del amor, de la luz y de la fe
hoy quédense conmigo séanme tres veces más fieles,
cuando me quede huérfano en el mundo,
y recen para que me crezca un corazón valiente y firme
y crean hoy por mí que así será,
y crean hoy por mí que construiré
según a su imagen y semejanza
la vida de un hombre justo.
El corazón del hombre aún no lo tengo,
solo en mi difícil hora;
y por eso no confío.