Al ocaso los recuerdos se deslizan
en la arena. Esa síntesis.
Es como gusanillos de luz
que disputan ruiseñores y palomas.
También son mansos
o blancos.
Recostado al ocaso
el recuerdo reseña días y rostros,
también voces.
Es tan sólo un nostálgico lobo,
un horizonte diario de garras y pinceles,
una información fragmentada.
Es esa nada
hecha de fotos y palabras.
Esa forma
de tratar tiempo y espacio
como si fuesen de bronce
de arcilla
o de arena.
Como el agua
multiplica rasgos y añoranzas
para algún niño
nacido para ver esas cosas.
Guardado en fechas y cajones
es un deseo absurdo
de contar sombras que creemos nuestras,
mientras en el horizonte nace la luna
y todo tiembla sobre el agua.
en la arena. Esa síntesis.
Es como gusanillos de luz
que disputan ruiseñores y palomas.
También son mansos
o blancos.
Recostado al ocaso
el recuerdo reseña días y rostros,
también voces.
Es tan sólo un nostálgico lobo,
un horizonte diario de garras y pinceles,
una información fragmentada.
Es esa nada
hecha de fotos y palabras.
Esa forma
de tratar tiempo y espacio
como si fuesen de bronce
de arcilla
o de arena.
Como el agua
multiplica rasgos y añoranzas
para algún niño
nacido para ver esas cosas.
Guardado en fechas y cajones
es un deseo absurdo
de contar sombras que creemos nuestras,
mientras en el horizonte nace la luna
y todo tiembla sobre el agua.