A una sublime Virgen

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Te regalo la quietud de los brazos,
el deseo ahogado de tus manos,
la oscuridad de tus ojos
cubiertos por negra seda.

Te regalo la cuerda que tensa tus miedos,
la que crea el vértigo hacia lo desconocido
donde confundes y temes dolor o placer.

Te regalo un cielo
colmado de estrellas,
con cometas dorados
y brillantes luceros.

Te regalo un primer momento,
un instante de vacío para sentir
que una boca recorre tu cuerpo.

Te regalo la caricia de un tierno aliento
visitando tus cimas,
el tacto efímero de unos dedos que te perfilan,
el roce de una piel que adivinas.

Te regalo esta noche
donde reina la luna,
entre nubes de plata
y destellos de luces.

Te regalo al oído la entregada respiración
de aquel que aparece en tu fantasía,
el sonido que bombea su corazón
al rechazar de ti sentir el tacto,
el latir de su obsesivo deseo
por hacerte feliz.

Te regalo el manto de calor
que surge de tu cuerpo,
el ardor propagado
por el sentir anudado.

Te regalo los mares
de aguas cristalinas,
con peces de colores
y conchas de nácar.

Te regalo un primer jameo,
como el que deja el mar
al mezclarse con la lava,
el primero de muchos dónde tus notas
de goce quedarán encerradas.

Te regalo la impotencia de dar,
mezclando tus ganas
con el placer que te dan.

Te regalo el silencio
de mis pensamientos,
donde anido deseos
y gratos momentos.

Te regalo quedar aislada
en un mundo de aguas,
de ahogadas palabras.

Te regalo mil besos
que esperan ansiosos,
por llegar a tu boca
y a todo tu cuerpo.

Te regalo el espasmo del vientre,
la contracción en los pétalos de rosa de tu interior,
el ladeo del sueño
y el blanco sendero.

Te regalo el silencio de un beso
de quien te ve disfrutar,
de quien sabe que por fin
te ha logrado liberar.

Te regalo la luz del final,
el estallido de fuego,
el crujir de las brasas
que alejan el celo.

Te regalo mi jardín,
lleno de ensueños,
donde cultivo rosas
y pienso los versos.

Recuerda linda,
cuanto más se envejece
más se parece el pastel de cumpleaños
a un desfile de antorchas.

1 comentario:

Fernandina dijo...

Tal vez sea necesario que aprendas a escuchar
Lo que te dicen mis ojos cuando no los miras.

Tal vez no pueda darte lo que me piden tus manos
Y mi voz no traicione con su eco lo que siento.

Tal vez la pesadilla no tenga por que aparecer
Antes de que se cristalice el acariciado sueño.

Tal vez no sea posible soportar el reclamo Nocturno
De mis húmedos labios extrañando los tuyos.

Tal vez este Anhelo no tenga por que ser la victima
De una Espera por que el futuro Despierte.

Tal vez un momento de adoración sea más oportuno
Que el desconsuelo que trae consigo el lamento.

Tal vez el Mañana podría llegar muy tarde
Y el sol no volvería a salir para entibiarme.

Tal vez los sueños no desparezcan tras la puerta
Y las ganas, la esperanza y el calor al amor vengan.

Tal vez sea preferible esta tarea de añorarse
A acabar con el Tiempo, en un momento olvidándose.

Tal vez la primeras lagrimas que por ti salgan
Sean por la Invasión de tu cuerpo en mi fracciona/miento.
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Conmovida y Eternamente agradecida por tan hermoso escrito...

Un beso a la media noche, en esa parte donde la soledad se dibuja