Seré

Seré prisionero de tus deseos, la pasión prohibida que reclama tiempos y espacios para la lujuria, seré prófugo de brazos, piernas y sexos, agua que sacie tu sed de fluidos, hereje que viole tu tabúes, seré el calor de tu carne, la llama que enciende hogueras en tus ocultos pensamientos, seré el tatuaje de tu piel ardiente, el orgasmo delirante que te lleve a la cima del mundo que agoniza.

Seré para ti un enjambre de pasiones que se multiplican y transforman, seré un millón de maneras para explorar los sentidos y descubrirte desnudamente, seré tu miel y tu copa, beberé de tu lengua el néctar del fuego de tus entrañas, abrigaré en mi aura tu voz que exclamará frases de delirios, y nos fundiremos en uno solo.

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Mis manos serán corsarios que surcarán el mar de tu figura explorando curvas y prominencias, mágica varita que desaparecerá el cansancio y traerá a tu piel la erupción de los sentidos, serán atrevidos corceles desbocados que palparán, quemarán y aprisionarán el hambre de tus intimidades, sombras de nuestros miembros capaces de conjugar en minutos todos los misterios del universo.
Naufrago de la soledad, tu cuerpo será el puerto donde mis otoños sean primaveras, donde sus redondeles serán frutas maduras del árbol frondoso de mis deseos, donde la caricia se esparcirá como polen desde tus caderas vertiendo hechizo y anhelos, regalándome la savia pura que emanará de los efluvios hermosos de una hembra.
En momentos delirantes quemaremos nuestras alas entre la pasión que devora, tremor de ávideces que esfumarán silencios entre gemidos y promesas, furia de cuerpos que contagiarán la dulzura y el frenesí de los sexos, espacios que se cerrarán con la explosión de orgasmos que deshojarán los misterios.
Abrázame, haz de mí tu jardín de placeres prohibidos, el abrigo de tus pudores, haz de mí el mar que se posesiona de las playas de tus ingenuidades, el ritmo furioso de las mareas, haz de mí el refugio de tus inhibiciones, pedernal de los relieves que amolda las concavidades, haz de mí el molde de tu anatomía que encaje perfectamente en las delicias de tus antojos.

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Evocando tu cuerpo se estremecerán las simientes de la pasión dormida, el palpitar de tu sangre y desnudez; ya siento la suavidad de tu muslo, la caricia de tus pezones enhiestos, los labios que nos llevarán al delirio, los momentos en los cuales entre batallas nuestros sexos pactarán la paz tras combatir los placeres, evocándote mi alma suspirará los segundos que serán asfixiados en las sabanas de tu lecho.
Seré para ti…

3 comentarios:

Horus dijo...

"millones de seres viviendo juntos en soledad"... gracias por dejarme esa gran verdad. Saludos!

Fernandina dijo...

A veces buscar la paz es hacer la guerra a los demas.

Llenaste de recuerdos mi ser con tus letras.
Recuerdos, de madrugadas en las que la plenitud me hizo llorar.

Anónimo dijo...

se lo que quieras ...solo se tu mismo, eso es lo que te hace atractivamente sensual