Ya como jefe de gobierno, cuando a costa de nuestros impuestos medró del cargo para enfrascarse en una larga pre campaña que no le acabó rindiendo los frutos que él esperaba, se molestaba cuando eran cuestionados sus segundos pisos y sus programas de apoyo a ciudadanos de la tercera edad.
López siempre ha sido de piel delgada, quizá por ello ahora le brota herpes en algunas partes y por eso los campamentos del Zócalo fueron fumigados para evitar contagios y para acabar piojo por piojo y ladilla por ladilla.
Ahora en su esquizofrénico berrinche postelectoral ha reiterado que entre sus enemigos inventados se encuentran los medios de comunicación, aunque tardíamente acota que son “algunos, no todos”.
El caso es que a López no le gusta que los medios dejen de difundir sus faraónicas proclamas que parecen sacadas del monólogo de Adal Ramones, ni que lo critiquen, pues eso, según él, es no estar a la altura, sino ser alcahuetes de la derecha. Entonces para estar a su nivel ya hay que dirigirse a él como su alteza. ¿O será bajeza?
Así como destina millones de pesos para mantener el secuestro de la ciudad y sus asambleas político-cómico-musicales-trotskisto-kitsch-chaplin-hitleriano-stalinistas, López ha de recordar que hay recursos como la inserción pagada, el desplegado y la compra de tiempo con los que aseguraría que sus edictos en turno se difundan al pie de la letra tanto en prensa escrita como en medios electrónicos.
El Peje sería feliz si este espacio se destinara a su causa en vez de cuestionarlo por sátrapa. Vale recordar que con la caída del muro de Berlín se acabó la prensa monolítica representada por diarios como el soviético Pravda. Quizá uno de los últimos resquicios del periodismo que le gusta a López sea Granma de Cuba. Pues que allá o a Venezuela se vaya a hacer su escándalo, ¿no? Como dice él, parafraseando al personaje cómico de Margara Francisca, vendedora de quesadillas, interpretado por el actor Eduardo España: “Con todo respeto”.
REALIDAD. El Peje y su cardumen en su cerrazón a todo lo que no sea su doctrina dicen que son exagerados los reportes de pérdidas a causa del secuestro del corredor Reforma-Zócalo.
Además de las pérdidas económicas, perfectamente cuantificables, y de los despidos a causa de la inviabilidad de algunos negocios, el daño mayor para el país hacia el futuro es el de la percepción en el extranjero.
Además del secuestro en la capital, debido a los frecuentes reportes de decapitados en Acapulco, tierra perredista, al acoso a turistas en Oaxaca, que sufre por las movilizaciones perredistas, potenciales visitantes internacionales al país ya reconsideran su viaje.
La inestabilidad política, la criminalidad y la violencia relacionada con el narcotráfico afectan a una industria que permitió a México captar el año pasado casi 12 mil millones de dólares, la tercera fuente de divisas después del petróleo y los envíos de dinero.
En la ciudad de México, Oaxaca y Acapulco, los hoteles ya sufren de miles de cancelaciones.
Sólo en la capital, el sector turístico conformado por hoteles, restaurantes, tiendas y otros servicios pierde 23 millones de dólares cada día.
Sería necesario reconfigurar la vocación turística del país, y en lugar de ofrecer ciudades coloniales y playas podría promoverse el turismo extremo con carrera a tienda de campaña traviesa, tirolesa sobre los campamentos del Zócalo y gotcha con balas de verdad en vivo y a todo color.
ACUERDO. Se informó que el Consejo Empresarial Turístico de la Ciudad de México y la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México, ambas organizaciones presididas por el empresario Gonzalo Brockman, llegaron a un acuerdo con el gobierno del Distrito Federal para la condonación de impuestos locales en forma retroactiva a partir del primero de agosto de este año.
“Este acuerdo es un pequeño paliativo para evitar un daño mayor a las empresas turísticas que operan en el Distrito Federal y que se han visto gravemente afectadas a lo largo de las últimas semanas”, dijo Brockman.
El acuerdo retroactivo al primero de agosto no tiene todavía fecha de vencimiento, que dependerá de la evolución de los acontecimientos políticos. El acuerdo contempla la dispensa del impuesto predial y del impuesto de hospedaje para los hoteles así como del impuesto a nóminas del 2% para restaurantes y hoteles que operan dentro de los límites del DF.
Sin menoscabo de esa compensación lograda por los hoteleros, surge la pregunta: ¿Cómo y cuándo las autoridades alcahuetes de la izquierda nos van a indemnizar a todos los ciudadanos afectados por el secuestro de la ciudad?
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